Tú miras el techo de tu habitación siempre lo has hecho así, todos y cada uno de los días que has vivido ahí lo has mirado en las mañanas al despertar y antes de dormir. Y sin embargo el techo no ha cambiado, la mirada con que lo haces es la que ha cambiado. Antes, todas las mañanas lo veías lejos, poco a poco has visto como se fue acercando a ti, ahora despiertas con el encima, te pesa y sobre todo evita que te levantes.
Él ha cambiado, su mirada es diferente, él se da cuenta y no hace nada, él cree que el amor ha desaparecido y que ya no hay mas que se pueda hacer. Un día creyó que estaba por alcanzarlo, sin embargo, una y otra vez la felicidad se le escapo de las manos. ¿Dónde? ¿Dónde está? Él abre los ojos, su mirada busca impaciente una dirección, busca un punto donde centrar su atención, y su corazón busca una salvación, un apoyo, un último latido… y se da cuenta que ah muerto.
Tú continuaras con la vida y sin embargo sabes que todo ha perdido el olor, que ha perdido el color, se volvió sin sabor, dejas de oír, solamente caminaras y te guiaras por lo que te han programado, hoy tú te levantas e intentaras vivir sin vivir y mueres sin estar muerto.

No hay comentarios:
Publicar un comentario